"Nunca digas: ¿Cuál es la causa de que los tiempos pasados fueron mejores que estos? Porque nunca de esto preguntarás con sabiduría."
Eclesiastés 7:10
Los tiempos pasados son eso, pasados, lo que ya pasó no puede volver a ser ni puede volver a suceder, sencillamente porque nadie ha podido regresar al pasado, el pasado es necesario en nuestras vidas porque debe determinar nuestra actitud en el presente, para no repetir las mismas acciones equivocadas, para escarmentar de lo vivido y también para ver la mano de Dios a lo largo de nuestra vida.
El pasado es importante y significa mucho cuando meditamos en las obras de Dios sobre nosotros, cuando pensamos de dónde Dios nos ha sacado, cuando evaluamos dónde estaríamos ahora si Dios no hubiera estado con nosotros en cada situación dichosa o adversa del pasado, también el pasado nos hace meditar en las cosas que hemos hecho mal y el fruto que han tenido, para no volver a sembrar las mismas semillas.
La palabra de Dios dice que no es sabio quien pregunta el por qué los tiempos pasados fueron mejores que estos, porque para Dios cada tiempo tiene su propósito y nada se escapa de su control. Recordemos que Dios no ve solo nuestro pasado, ni nuestro presente, ni nuestro futuro por separado, el ve nuestra vida al completo, el ve el todo lo que hemos sido, somos y seremos, por eso cada etapa vivida, cada segundo, cada minuto, cada día vivido y por vivir tiene un por qué y tanto lo bueno del pasado, como lo adverso del presente forman parte de su plan perfecto sobre nuestras vidas.
Dejemos de lamentar por no tener nuestra condición de ayer, por no vivir hoy lo que vivimos antes, por el pasado que quedó atrás, porque no seremos sabios. Actuemos con sabiduría y disfrutemos del presente, vivamos lo que Dios tiene para nosotros hoy, ahora y el futuro que está por venir. Aprendamos del pasado para no errar otra vez, para rectificar y hacer las cosas de manera diferente y para recordar las obras de Dios en nosotros y su fidelidad que ayer, hoy y siempre estará con nosotros.
Señor Jesús gracias por mi pasado, porque puedo aprender de él, gracias porque los tiempos pasados, son pasados y han servido para la edificación de mi vida, pero nunca para anhelarlos porque no volverán. Enséñame Señor a vivir el presente y a pensar hacer bien para el futuro, a descubrir que en cada tiempo de mi vida has estado tu presente y tu mano nunca se ha apartado de mi. Dame sabiduría para ver al pasado con gratitud y con conocimiento para no repetir mis mismos errores, para no apartarme de tu plan. Quiero ver mi vida con los ojos de la fe y creer que este tiempo que estoy viviendo también está controlado por ti y que mi futuro está en tus manos. Gracias porque en todo tiempo estás conmigo Señor. Amén!!!
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