A los pies de Cristo, está las riendas para todas aquellas situaciones que se han salido de nuestro control.
A los pies de Cristo, está la estabilidad para todo corazón que sube y baja en sus emociones a causa del dolor, del sufrimiento, de la soledad, de la tristeza.
A los pies de Cristo, está la fragancia para que nuestra vida perfume cada lugar al que vamos y dejar el aroma de Su amor y Su bondad en cada persona que se cruza en nuestro camino.
A los pies de Cristo, está la alegría, esa que no se va porque las cosas no salen como queremos y no desaparece porque no tenemos todo lo que anhelamos.
A los pies de Cristo está el poder, que se fortalece en nuestra debilidad, que no nos deja caer y que nos levanta para alcanzar lo que soñamos.
A los pies de Cristo está la vida, para vivir en esta vida sin morir cada día sin fe y está la vida, para caminar hacia la eternidad que nos espera con Él.
A los pies de Cristo está la esperanza de un nuevo comienzo, de un camino de bendición y de un futuro glorioso,
No demoremos más, no esperemos, no posterguemos ese encuentro, porque a los pies de Cristo está nuestra victoria!
“ María se sentó a los pies de Jesús para escuchar atentamente lo que él decía.” Lucas 10:39
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