martes, 3 de mayo de 2016

UN POCO DE TU ATENCIÓN


LECTURAS PARA REFLEXIONAR:

UN POCO DE TU ATENCIÓN...

Después de varios días, María había visto siempre a una mujer mayor paseando a sus perros, eran tres perros pequeños a los que esta mujer cuidaba y paseaba todas las tardes.

Siempre había llamado la atención de María ver a esta mujer, con cara agría y seria saludando a algunos vecinos, con mirada de juicio a través del cristal de sus lentes, siempre enfadada hablando mal de otros.

- Qué mujer más desagradable!- pensó María.
- Qué perros más agobiantes, siempre ladrando!- expresaba
- Cómo puede haber una persona tan amargada y tan enfadada con el mundo.

Un día María llegó a la parada de autobús y para su desagradable sorpresa, se encontraba allí sentada la mujer de desagradable semblante que tanto le había incomodado.

- Tendré que decirle hola,- pensó María. No tengo otra opción, susurró.

Al llegar al lugar donde ambas esperaban el autobús Maria le dijo entre dientes:
 Hola.. a lo que la mujer respondió un: Hola, de la misma manera seca y cortante que María le había hablado.

María pensó por un momento si entablaría una conversación o mejor se quedaba callada y así no cruzaba palabra con una mujer así. Pero pensó... qué haría Jesús en una situación así?

Decida le preguntó: ¿Y sus perritos? ¿Hoy no vienen con usted??

Inmediatamente el rostro de aquella mujer se transformó en una sonrisa, una mirada cálida y no fue necesario preguntarle nada más, ella respondió rápidamente a María:

- Nooo hoy no vienen conmigo porque voy para el Hospital a control.  En ese momento María se dio cuenta del gorro que llevaba aquella mujer cubriendo su cabeza, sin cabello seguramente a causa de una quimioterapia, pudo ver también que esta mujer no tenía cejas y su aspecto era más pálido de lo normal, estaba enfrentando un Cáncer!

El hablar de un tema tan especial para ella fue abrir la puerta a su sonrisa, explicó a María que sus perros eran toda su compañía, hacía varios años que su marido había muerto y sus hijos vivían fuera de la ciudad y casi no podían acompañarla, por eso siempre los perros estaban con ella. Le contó acerca de la enfermedad que estaba sobrellevando y la compañía y la entretención que esos perritos le brindaban día a día.

Los minutos esperando el autobús se hicieron tan cortos, ya que pronto tuvieron que despedirse, la mujer se marchó muy sonriente y agradecida de que alguien le hubiera preguntado por algo tan querido para ella y María casi con lágrimas en los ojos subió a aquel autobús pensando, qué equivocados estamos algunas veces juzgando a las personas por lo que aparentan, sin conocer las luchas que enfrentan y desconociendo lo que les preocupa, quizás si pusiéramos más atención a las necesidades de los que están a nuestro alrededor, nadie nos resultaría desagradable y aprenderíamos a dar gracias por el día que Dios nos regala hoy.

AUTOR: Sully de Barra




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