domingo, 3 de diciembre de 2017

NO TE ENOJES FÁCILMENTE



"El que fácilmente se enoja comete locuras;

y el hombre perverso es aborrecido"
Proverbios 14:17 


Una locura, según el diccionario, es una acción imprudente, insensata o poco razonable que realiza una persona de forma irreflexiva o temeraria.

Enojarse fácilmente es una llave para cometer acciones sin prudencia, sin pensar y sin razonar en lo que hace o dice, una locura puede hacernos perder la cordura y tener actitudes que nunca pensamos, decir palabras que no solemos decir y podemos cometer actos de los cuales después podemos arrepentirnos, todo se deriva de enojarse fácilmente. 

Una vez cometida una locura, nos convertimos en personas perversas como dice la escritura, ya no somos considerados sabios, no tenemos la aprobación de nadie, simplemente somos aborrecidos. 

La impulsividad es parte de esas locuras que dice la palabra de Dios, no actuar con sabiduría y prudencia sino impulsivamente, sin pensar si lo que estamos haciendo puede llegar a tener grandes consecuencias no solo a corto sino a largo plazo. Podemos destruir relaciones, herir corazones y dejar huellas imborrables en quienes en un momento de locura descargamos nuestro enojo.

El enojo no puede tomar el control y gobierno de nuestra personalidad, cuando nos enojamos fácilmente podemos maldecir, podemos insultar, hablar por nuestra boca palabras ofensivas que pueden marcar la vida de otro para siempre.  No podemos permitir que el enojo nos haga cometer locuras que nos conviertan en personas perversas y terminar siendo rechazados o aborrecidos por los que nos rodean.

 Señor, como cada día, rechazamos el enojo en nuestras vidas, toma tu el control para que el enojo no tome autoridad o quiera gobernar nuestros corazones que te pertenecen solamente a ti Jesús. Te entregamos nuestras acciones sin cordura, quita la impulsividad de nosotros, danos sabiduría, que podamos pensar antes de hablar y antes de actuar, llena nuestro corazón de prudencia y paz para no reaccionar ante nadie y ante nada, que podamos ser personas difíciles de hacer enojar. Amén!


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